28.1.07

pequeños bares húmedos

28.01.07
05:30 hrs.
tiempo de Barcelona


"La Macarena", imagina. Un lugar con dos tipos de neon bailando una especie de salsa-flamenca (se veía en sus ropas) sobre la puerta de entrada. A las 2:30 de la mañana, un "cadenero" mucho menos gordo que el del Américas y una chica dando los tickets de entrada. 5 euros . Y ya estás; adentro, el techno house a todo. Fuera chaquetas, vamos por cañas (chelas) o cubatas (preparado de Coca-Cola, con cualquier bebida alcoholica de tu eleccion -vodka, whisky, ron-, y hielos). Bailar, bailar, bailar a todo; pero como pudieras, porque el lugar es tan pequeño que apenas y puedes mover un poco la cadera hacia los lados. Que bueno, para la electrónica no necesitas mucho movimiento de cadera. Pero de todos modos, se notaba un nulo conocimiento del espaco vital.

Unos británicos haciendo al loco, uno que otro hijo perdido de Bob Marley, mucho catalán, y algunos africanos. Todos haciendo al loco, apretados en un ese lugarcito un poco más pequeño que el Américas. Salir de ahí hasta las 4:30 de la mañana. Vengan las chaquetas de nuevo. A buscar un after. Pero todos los buenos quedan lejos. Al final, llegamos a un tal "Kentucky", que parece que se pone bien, pero ya no dejaban entrar a nadie más. Vamos para casa pues.

En el camino, comprar cervezas a los paquis (paquistanís) que van por toda la Rambla ofreciéndote cerveza; y esquivar a las prostitutas que se acercan a los hombres a dar besos casi tocando sus orejas o sus mejillas.

Qué noche, qué buena mezcla. Un poco de Hot Chip y Postal Service en casa de S., combinado con Xibeca (una marca de cerveza), chocolate, patatas (papas), pizza fría, cubata (de ron-coca), vodka-redbull, cava (especie de vino espumoso), hash y tabaco. Un poco de todo. Después, a bailar la macarena en Plaça del Rei (o Plaça Reial, no recuerdo el nombre); flipar hasta las 5 de la mañana.

Caminar a casa por las calles húmedas que los de la BarceloNETA, el organismo encargado de la limpieza de la ciudad, nos preparan a esta hora. Las calles no las barren, las mojan, enteras, con unas mangueras enormes que desperdician agua a lo bestia. Y ahí vas, esquivando los ríos que bajan hasta el mar.

Llego primero a casa por ser la que vive en la calle más importante de Barcelona, la que conecta a todos sitios, la que está justo de camino a cualquier discoteca o bar del centro. Despedirse. Abrazo a cada uno, al chico hindú cuyo nombre no sé escribir, a J. el uruguayo, a R. la catalana, a C. la italiana, a S. mi madrina alcahueta de las fiestas. "Y te tengo que llevar al Loft, tía. Vas a flipar de verdad toda la noche". Voy a flipar...

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