de sueños

Barcelona
29.12.06

No sé por qué tanta tirria de escribir. Supongo que para escribir tengo que ser sincera con lo que soy y siento. Escribir para mí es sinónimo de desnudarme. Y aquí, en cuanto quito la primera prenda, siento un frío cortante, de ese que duele y refresca, pero que invariablemente hace temblar. Llevo apenas 24 horas en Barcelona y aún me duelen las dudas: ¿hice bien al venir aqui? O lo que para mí es lo mismo: ¿hice bien al dejarlo todo?

Anoche me dormí con el sentimiento de que esto es un mal sueño del que habría de despertar por la mañana. En vez de eso, soñé que estaba en Guadalajara por dos días y que lo pasaba mal porque sabía que regresaba al otro día a Barcelona.

Vine a un lugar del cual la gente regresa a sus hogares habiendo re-aprendido el valor de lo que tiene. Yo, por el contrario, aprendí eso antes de venir.

En enero de 2006 cancelé este mismo viaje porque no estaba preparada; ni físicamente, ni mental, ni sentimental, ni emoicional, ni monetaria, ni espiritualmente. Creía que tenía que arreglar todo allá para poder venirme tranquila y sin cargas. Sin embargo, me salió al revés. Y es lo que me dijo Laura un día: yo valoré mi mundo allá, donde lo tenía cerca y a la mano.

¿Y entonces qué? ¿Qué me queda ahora? ¿Hablar de lo extraño es todo lo que no es mío aquí?

Puedo decir que es de un gris que a la vez es prometedor. Totalmente diferente a como lo había imaginado; a pesar de que había estado ya aquí. Los edificios son altos y viejos, el té de frutas sabe verdaderamente a frutas. y l as baguettes no llevan lechuga.

Cómo quisiera ser turista y no tener que preocuparme por decir "gracias" y "por favor" todo el tiempo, sonando extremadamente amable con buena mexicana; valiéndome al 100 lo diferente que puedo llegar a verme (a pesar de que un catalán me ha pedido fuego en francés hace unos minutos); y viendo todo esto como una aventura, no como una vida en un cascarón que se rompe en pedacitos a cada minuto, y a la que tengo que dar forma yo y sólo yo.

Si debo ser sincera, tengo que decir que desde que puse el primer pie en el departamento (qué bien viene ahora el nombre de "piso"...), quise regresarme. Aún quiero hacerlo. ¿Qué me detiene aquí? El famoso "jetlag" que le dicen. Me tiene totalmente adormilada.

Supongo que con todo y todo sí estoy en un mal sueño.

¿Qué pasará cuando despierte?