Luego me doy cuenta de que ya no sé gran cosa sobre música. Hay cosas que me gustan pero me he vuelto medio especialita. Desde la masiva aparición de todos los hijos perdidos de Green Day ya ni me interesa averiguar si hay algo rescatable. Y me volví popera... un poco. Pero más bien, me estanqué.
Entonces resulta que vamos al Brócoli hoy y el tío que estaba de DJ estaba poniendo música súper buena, entre rock-electro-alterno. Muy pero muy bien...
Me encanta este tipo de rollos como alterno-cool pero sin pretensiones. Me da un poco de hueva todos estos pseudo-artistas de la onda electrónica new media-graphic-design-new-millenium-blah, pero de repente te encuentras con bada que justo así es, pero insisto, SIN PRETENSIONES. Eso está chido.
Estuvimos ahí esta noche, bailando y cotorreando y bailando y bailando y bailando. Le cayó Paco y la banda de Videns; yo iba con Laurita. Nos había convocado Marco Castro porque unos de un colectivo de diseño iban a hacer de DJ's. Total que ahí estuvimos, en el Brócoli, allá en las nueve esquinas.
Acabo de llegar a casa. Son las 4 AM. Ya me voy a dormir.
Mis vacaciones en Guadalajara... pintan...