Barcelona
14.01.07
O mejor dicho, multicolores.
Este fin de semana nos citaron de la dirección de la Universidad a un pueblito llamado Vilanova i la Geltrú, a unos 45 minutos de Barcelona yendo en tren. Todo el punto de ir era para conocernos, introducirnos un poco al Máster y crear un ambiente entre nosotros propicio para el trabajo en equipo.
Viéndonos a todos y a partir de la reflexión que hicimos al término del curso, les comparto que he regresado a casa con un sentimiento de satisfacción, aunque también un poco de estrés previo. Sin embargo, lo que realmente quiero comentar es que me dio mucho gusto conocer a estas personas. Pero sobre todo, darme cuenta de que a partir de las diferencias (y a pesar de ellas), somos todos iguales en el sentido de que todos somos humanos, y además, conscientes de ello y de lo que esto implica.
Compartir tanto en poco más de 24 horas, con gente a quien acabas de conocer es arriesgado; sin embargo, no hubo quien no se aventara y confiara. Y al final, creo que todos quedamos con ese saborcito exótico que le da el hecho de que estamos personas de más de diez países distintos reunidos en torno a este objetivo profesional (y personal) en común.
Italia, España, Chile, Serbia, Colombia, Brasil, China, México, Perú, Portugal. Vaya ensalada...
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